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October 20, 2012

Supercrooks # 4 - Mark Millar & Leinil Francis Yu

Johnny Bolt has a perfect plan to steal 800 million dollars from the world’s richest villain. And he has assembled his old colleagues to perform this ambitious task that no one else dared to imagine. In this double-sized final issue, we get to see, step by step, Johnny’s ingenious stratagems. His formidable team has the necessary abilities to break through the hundreds of deathtraps in the mansion they are about to raid.

It has been such a joy to observe the way in which Millar resolves the constant obstacles that hinder the heroes or, in this case, the villains path to success (my favorite scene during the robbery would be the one devoted to the indestructible brothers). Although most fascinating of all is the conversation held with the owner of the fortune they are about to take. As a famous criminal, this man has spent his entire life collecting material objects and money, and now that he has it all, he feels just as miserable as he felt decades ago when he took his first steps towards delinquency.

Perhaps I should highlight theories vis-à-vis regarding the nature of theft; while some might think that the old man is the quintessential villain, others might see in him ambition at its most primal level. Johnny Bolt and his men exemplify how one can work with the most unrestrained individuals, hold them accountable, and do so without compromising the mission. 

Throughout this action-packed final chapter, Millar graces the tongue of their characters with the dirtiest sex jokes and funniest comments. And the humor continues to the very last page (and that includes Gladiator’s gay parade). In this issue Leinil Francis Yu shows all his skills as a penciler, giving us, for instance, a great sequence in which one of the vault’s door is yanked out of its frames, another one in which the indestructible men get cut to pieces (actually, there are several of those) and, of course, Gladiator’s gay parade. 

As a bonus material, this final issue includes a preview of “Children of Jupiter”, the next miniseries by Mark Millar and Frank Quitely (which will be published by Image next year); and also the “Milla in Manila”, one of the most fascinating journey chronicles I’ve read in years. With unbeatable humor, Mark Millar tells us about his rather surreal visit to Manila (Philippines). Anyway, in case you missed the previous posts about Supercrooks you can check them out in the following links: Supercrooks # 1Supercrooks # 2 & Supercrooks # 3
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Johnny Bolt tiene el plan perfecto para robarle al villano más rico del mundo 800 millones de dólares. Y ha reunido a sus viejos colegas para realizar esta ambiciosa tarea que nadie más se atrevería a imaginar. En este número final con doble cantidad de páginas, llegamos a ver, paso a paso, las ingeniosas estratagemas de Johnny. Su formidable equipo tiene las habilidades necesarias para escapar del centenar de trampas mortales de la mansión que están por saquear.

Ha sido un tremendo disfrute observar el modo el que Millar resuelve los constantes obstáculos que impide que los héroes o, en este caso, los villanos alcancen el camino al éxito (mi escena favorita durante el robo es la dedicada a los hermanos indestructibles). Aunque lo más fascinante de todo es la conversación que sostiene el dueño de la fortuna que está a punto de ser arrebatada. Al ser un criminal famoso, este hombre ha gastado toda su vida coleccionando objetos materiales y dinero, y ahora que lo tiene todo, se siente tan miserable como se sentía hace décadas cuando dio sus primeros pasos en el mundo de la delincuencia.
my drawing / mi dibujo

Tal vez debería resaltar el contraste entre teorías sobre la naturaleza del robo; mientras algunos podrían pensar que este viejo es la quintaesencia del villano, otros podría ver en él la ambición en su nivel más primordial. Johnny Bolt y sus hombres ejemplifican cómo uno puede trabajar con individuos sin restricciones, hacerlos responsables, y lograrlo sin poner en riesgo la misión.

En este capítulo final de pura acción, Millar bendice la lengua de sus personajes con las bromas sexuales más sucias y los comentarios más divertidos. Y el humor continúa hasta la última página (y eso incluye el desfile gay de Gladiator). En este número Leinil Francis Yu muestra toda su habilidad como dibujante, dándonos, por ejemplo, una gran secuencia en la que una de las puertas de la bóveda es arrancada de sus goznes, otra en la que los hombres indestructibles son cortados a pedazos (de hecho, son varias escenas) y, desde luego, el desfile gay de Gladiator.

Como material extra, esta entrega final incluye un adelanto de los "Hijos de Júpiter", la próxima miniserie de Mark Millar y Frank Quitely (que será publicada por Image el próximo año); y también “Milla en Manila”, una de las más fascinantes crónicas de viaje que he leído en años. Con invencible humor, Mark Millar nos cuenta su surrealista visita a  Manila (Filipinas). En fin, en caso que se perdieran los posts anteriores sobre "Supercrooks" pueden encontrarlos en los siguientes linksSupercrooks # 1Supercrooks # 2 & Supercrooks # 3



July 21, 2012

Supercrooks # 3 - Mark Millar


The Robin Hood fantasy has been present in our minds since, well, medieval times. Mark Millar twists this concept a bit with a story about a group of washed-up criminals that are attempting to steal from the greatest super-villain in history, a man that has a fortune of over 800 million dollars, more than enough for them to live the rest of their lives very comfortably. 

Johnny Bolt and his retired colleagues are now in Spain, a country without super-heroes, they are hard at work planning the biggest heist of all times. But aren’t they turning their back to the idealistic Robin Hood approach? Of course they are, because this is a blatant return to capitalist values under the popular notion of "work hard"… because if we all work hard we could all be millionaires one day. Like Slavoj Žižek explained about Thatcherism in Great Britain, the illusion of getting rich is stronger than reality. The Thatcherist dream was quite simple, hard work guarantees success. This is obviously an illusion because only a few men might get rich whereas the majority of them won't. But that doesn’t matter as long as everyone identifies with this discourse.

Once the plan is set into motion Johnny Bolt tells his comrades to start imagining what they will do with the millions they will steal. It’s all about fantasy, about the illusion of getting rich instead of the harsh reality. To identify with the possibility of living as millionaires for the rest of their lives is enough: “The possibility of satisfaction already functions in itself as actual satisfaction”.

And doesn’t the same thing happen to us whenever we buy a lottery ticket? Isn’t the possibility of satisfaction enough for us in the end? Johnny Bolt and his team will have to answer those questions, but what they don’t know is that the man they’re trying to rob is onto them. And the final showdown could be deadly.
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La fantasía de Robin Hood ha estado presente en nuestras mentes desde épocas medievales. Mark Millar le da un giro a este concepto con una historia sobre un grupo de criminales fracasados que intentan robarle al más grande súper villano de la historia, un hombre con una fortuna de más de 800 millones de dólares, más que suficiente que para que ellos vivan holgadamente por el resto de sus vidas.

Johnny Bolt y sus colegas retirados están ahora en España, un país sin súper-héroes, y planean el mayor asalto de la época. Pero ¿no le están dando la espalda al enfoque idealista de Robin Hood? Por supuesto que sí porque este es un descarado regreso a los valores capitalistas bajo la popular noción del "trabajo duro"... porque si todos trabajamos duro todos podríamos ser millonarios algún día. Como explicó Slavoj Žižek sobre el gobierno de Thatcher en el Reino Unido, la ilusión de enriquecerse es más fuerte que la realidad. El sueño para Thatcher era bastante simple, el trabajo duro garantiza el éxito. Esto es obviamente una ilusión porque sólo unos cuantos hombres pueden enriquecerse mientras la mayoría de ellos no lo logrará. Pero eso no importa con tal que todos se identifiquen con este discurso.

Una vez que el plan está en marcha, Johnny Bolt les pide a sus camaradas que empiecen a imaginarse que harán con los millones que robarán. Todo es fantasía, la ilusión de enriquecerse en vez de la dura realidad. Identificarse con la posibilidad de vivir como millonarios por el resto de sus vidas es suficiente: "la posibilidad de satisfacción ya funciona en sí misma como satisfacción de facto".

my drawing step by step / mi dibujo paso a paso
¿Y no nos sucede lo mismo cada vez que compramos la lotería? ¿No es la posibilidad de satisfacción suficiente para nosotros? Johnny Bolt y su equipo tendrá que responder estas preguntas, pero lo que no saben es que el hombre al que van a robar los ha descubierto. Y la confrontación final podría ser mortal.

May 21, 2012

Supercrooks # 2 - Mark Millar & Leinil Francis Yu

Leinil Francis Yu
The last time Johnny Bolt was arrested he spent years in jail. Now he’s a free man, but now he has decided to help his old mentor, Carmine and this time he plans to get away with the greatest heist in history. But to do so, he needs to recruit the old gang: The Ghost (world’s greatest cat-burglar), TK McCabe (the telekinetic), Forecast (weather-maker), Roddy and Sammy Diesel (the indestructible men) and at last, but not least, the Gladiator, the superhero that arrested Johnny Bolt the last time.

Convincing a group of retired super-villains to commit one last crime is not entirely difficult. Ghost is bored with his current life, TK McCabe is exploited in his job, and his wife can barely make enough money to support their daughter, Forecast makes a few dimes and quarters selling umbrellas on a rainy (he actually uses his control over the weather to create rain, but still, this business only gives him enough money to survive), Roddy and Sammy Diesel are making minimal wage, fighting against other washed-up super villains in box ring. They are all desperate to help, except for the gleaming superhero known as the Gladiator.
the indestructible men / los hombres indestructibles

Mark Millar revisits the potential of hope within the delinquent group. Here, the heroes are seen as arrogant bastards that are loved by the media but not by the people, while the former thieves and conmen are now losers looking for some sort of atonement. Winnicott said once that certain elements of antisocial behaviors often imply a modicum of hope. It may be slightly counterintuitive, but Johnny Bolt and his comrades pathological behaviors may signify a desperate attempt to regain that which is lost (according to Lacan, we’re always looking this ‘object a’ and we can never find it). "Taking" then becomes stealing, robbing, and cheating on others, and all of this often represents a striving to reclaim (or obtain for the first time) the lost object (‘object a’).

There is however something we shouldn’t forget about Lacan’s ‘object a’ is that it’s often confused with the object of our desire. Gladiator has always followed the Freudian law of copulation, marrying a pretty woman and having children. But in doing so, he has also neglected his true self. According to Lacan, the command that the superego directs to the subject is, of all things, "Enjoy!". Gladiator is the superego here, forever trying to keep in check the criminality of others. That which we believe to be most private and rebellious (our desire) is, in fact, regulated, even commanded, by the superego. And the most private desire in Gladiator’s heart is homosexual intercourse. For years, he has been meeting random men for bareback sex, and when Johnny Bolt was in jail he met one of his one-time lovers. Now, he has tricked Gladiator into meeting him, and as the two men sit in a Spanish café, something is made evident: Gladiator can’t survive the media scandal if the pics that Johnny Bolt has are released to the public. Gladiator can’t face the guilt of having her daughter learn in the news about his secret escapades. And he can’t accept all this because he himself is the embodiment of the superego (id est, guilt).

The second installment of Supercrooks was perhaps even better than the first one, and I’m absolutely sure that Millar will keep surprising us. Leinil Francis Yu’s cover is easily one of the best images ha has done in years, and the interior art is quite good too. Millarwold’s newest miniseries is everything you could ask for.
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A closeted gay superhero / un súper-héroe gay en el closet

La última vez que Johnny Bolt fue arrestado, pasó años en la cárcel. Ahora es un hombre libre y esta vez ha decidido ayudar a Carmine, su viejo mentor, y está planeando el mayor robo de la historia. Pero para conseguirlo necesita reclutar a la vieja pandilla: Ghost (el ladrón más indetectable del mundo), TK McCabe (el telekinetico), Forecast (controlador del clima), Roddy y Sammy Diesel (los hombres indestructibles) y, finalmente, Gladiator, el súper-héroe que arrestó a Johnny Bolt.

Convencer a un grupo de villanos en retiro para cometer un último crimen no es nada difícil. Ghost está aburrido con su vida actual, TK McCabe es explotado en su trabajo, y su esposa no gana lo suficiente para mantener a la hija de ambos, Forecast se gana algunos centavos vendiendo paraguas en los días lluviosos (de hecho, usa su poder para generar lluvia pero el negocio apenas le permite ganar lo justo para sobrevivir), Roddy y Sammy Diesel están ganando sueldo mínimo, luchando contra otros villanos venidos a menos en un ring de box. Todos están desesperados por ayudar, excepto por el luminoso súper-héroe conocido como Gladiator.
Praetorian / Pretoriano

Mark Millar rescata el potencial de esperanza en este grupo de delincuentes. Aquí, los héroes son bastardos arrogantes adorados por los medios pero no por la gente, mientras que los ladrones y estafadores son perdedores que buscan algún tipo de expiación. Winnicott dijo alguna vez que ciertos elementos de las conductas antisociales a menudo implican algo de esperanza. Puede ser ligeramente contraintuitivo, pero Johnny Bolt y las conductas patológicas de sus camaradas pueden significar un intento desesperado para recuperar aquello que ha sido perdido (de acuerdo a Lacan, siempre buscamos el 'objeto a' y nunca lo encontramos). 'Tomar' se convierte en robar, hurtar y engañar a otros, y todo esto a menudo representa un intento de reclamar (o de obtener por vez primera) el objeto perdido ('objeto a').

Sin embargo, hay algo que no deberíamos olvidar sobre el 'objeto a' de Lacan, y es que a menudo es confundido con el objeto de nuestro deseo. Gladiator siempre ha seguido la ley freudiana de la cópula, al casarse con una mujer bonita y al tener hijos. Pero al hacerlo, también ha negado su verdadero ser. De acuerdo con Lacan, la orden que el superyó dirige al sujeto es, por encima de todo, "¡goza!". Gladiator es el superyó, siempre intentando mantener a raya a los criminales. Aquello que es lo más privado e indomable (nuestro deseo) es, de hecho, regulado, incluso comandado, por el superyó. Y el deseo más oculto del corazón de Gladiator es el coito homosexual. Por años, se ha encontrado con hombres desconocidos para tener sexo sin condón, y cuando Johnny Bolt estaba en prisión conoció a uno de estos amantes momentáneos. Ahora, ha engañado a Gladiator para encontrarse con él en un café español, y algo sale a la luz: Gladiator no podría sobrevivir el escándalo mediático si las fotos que tiene Johnny Bolt llegan al público. Gladiator no podría enfrentar la culpa si su hijita se entera en las noticias sobre sus escapadas secretas. Y no puede aceptar esto porque él mismo es la encarnación del superyó (es decir, la culpa).

La segunda entrega de Supercrooks es tal vez incluso mejor que la primera, y estoy absolutamente seguro de que Millar seguirá sorprendiéndonos. La portada de Leinil Francis Yu es de lo mejor que ha hecho últimamente, y el resto de sus páginas es bastante bueno. Las nuevas miniseries de Millarwold tienen todo lo que uno puede querer...
logo designs for my old comic strip / diseños de logo para mi vieja tira cómica

April 25, 2012

Supercrooks # 1 - Mark Millar & Leinil Francis Yu


Leinil Francis Yu
Johnny Bolt may not be as heroic as Robin Hood, but he’s charming enough to make us forget that he’s a thief. Johnny lives in New York, a city which is routinely disturbed by acts of violence by agents of the state (Salamander) and by non-state actors (such as acts of rioting and the delinquent escapades of Johnny and his comrades). As philosopher Slavoj Žižek would see it, this violence cannot be seen as mere contingent disruptions of an otherwise idyllic world of liberal capitalism; indeed, the all-too visible violence of rioting and criminality reflects a greater violence inherent to the system itself.

In fact, as we learn in the opening chapter, a man like Salamander basically owns Vegas, the west coast and a few other areas. He has a vast empire of seemingly legitimate business, and thus by being a part of the system he can earn millions of dollars. There are others, however, that are not a part of the system, save for the penitentiary system. Johnny is one of such marginalized adventurers. In a city teeming with superheroes, even a simple robbery can go wrong in so many ways. Johnny has learned that the hard way, after all, he’s been arrested more times that he can remember. In the initial pages, he gets arrested by a superhero and ends up behind bars, again; there’s such a sense of familiarity when he returns to jail, even the prison’s guards treat him like an old friend. Johnny Bolt and his fellow villains are characters doomed to failure, just like any other villain in New York (this would also be especially true in the regular Marvel Universe… if it’s already hard to rob a bank in real life, just try to imagine how hard would it be in a city populated by Spider-Man, The Avengers, The Fantastic Four, etc.).
Johnny Bolt back in prison / Johnny Bolt de vuelta en la prisión

A few years after Johnny’s incarceration, Carmine, an old bank robber who should have retired by now, is apprehended by Salamander. In order to save Carmine’s life, Johnny, his ex-wife and the ‘old gang’ must pull off one last, great heist. Small time crooks can’t really affect the system, personified here by Salamander. There is a systematic criminality engendered by the economic activity sustaining our system. The real violence here derives from the ceaseless economic expansion of capital -id est, Salamander’s goal- not from the activities of Johnny and his colleagues; after all, they may be thieves but -as it’s made evident in the first pages- they are not coldblooded murderers.

They can no longer commit crimes in a city inhabited by hundreds of powerful and heroic vigilantes. So what can they do? Move to Spain, of course; travel to a country that has no superheroes. Will they be able to accomplish their mission and get 100 million dollars in order to save Carmine, the old man who mentored them in the arts of larceny? Only time will tell.

I found a number of posts in Mark Millar’s message board praising Leinil Francis Yu’s art. I had been pleasantly surprised with Yu’s work in Millar’s Superior, but I think he does even a more brilliant job here. His sequences are loaded with movement and action, and a certain grace too; furthermore the design of the characters outfit is quite appealing to the eye. Can’t wait to read the second issue, and I’m glad I’ve already preordered it.

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Carmine & Salamander

Johnny Bolt tal vez no es tan heroico como Robin Hood, pero sí tiene el suficiente encanto como para hacernos olvidar que es un ladrón. Johnny vive en New York, una ciudad que padece rutinariamente actos de violencia por agentes del estado (Salamandra) y otros (como el pillaje y la delincuencia de Johnny y sus camaradas). Tal como explicaría el filósofo Slavoj Žižek, esta violencia no puede ser vista como una mera irrupción contingente en el idílico mundo del capitalismo liberal; de hecho, la violencia tan visible del pillaje y la criminalidad reflejan una violencia aún mayor inherente al sistema en sí.

En este capítulo inaugural, averiguamos que un hombre como Salamandra es prácticamente el dueño de Las Vegas, la costa oeste y algunas otras áreas. Tiene un vasto imperio de negocios aparentemente legítimos, y así, al ser parte del sistema puede ganar millones de dólares. Hay otros, sin embargo, que no forman parte del sistema, con la excepción del sistema penitenciario. Johnny es uno de estos aventureros marginales. En una ciudad rebosante de súper-héroes, incluso un simple asalto puede salir mal. Johnny ha aprendido la lección, después de todo, ha sido arrestado incontables veces. En las páginas iniciales, un súper-héroe lo arresta y termina tras las rejas una vez más; hay un sentido de familiaridad cuando regresa a prisión, incluso los guardias lo tratan como a un viejo amigo. Johnny Bolt y sus aliados villanos son personajes condenados al fracaso, como cualquier otro villano en New York (esto sería especialmente cierto en el universo Marvel... si ya es difícil asaltar un banco en la vida real, imaginemos lo difícil que sería en la ciudad donde viven los Cuatro Fantásticos, lo Vengadores, el Hombre Araña, etc.).
the old gang / la vieja pandilla
my pencils / mis lápices
Pocos años después del arresto de Johnny, Carmine, un viejo ladrón de bancos que debería haberse jubilado, es aprehendido por Salamandra. Para salvar la vida de Carmine, Johnny, su ex-esposa y la 'vieja pandilla' deben lograr un último, gran asalto. Estos ladrones de poca monta no pueden afectar el sistema, personificado aquí por Salamandra. Hay una criminalidad sistemática engendrada por la actividad económica que sostiene nuestro sistema. La verdadera violencia aquí deriva de la incesante expansión económica del capital -o sea la meta de Salamandra- y no de las actividades de Johnny y sus colegas; aunque sean rateros -tal como queda en evidencia en las primeras páginas- no son asesinos a sangre fría.

Ellos ya no pueden cometer crímenes en una ciudad habitada por cientos de poderosos y heroicos vigilantes. ¿Qué pueden hacer? Mudarse a España, por supuesto; viajar a un país que no tiene súper-héroes. ¿Serán capaces de cumplir su misión y conseguir 100 millones de dólares para salvar a Carmine, el anciano que fue su mentor en las artes del hurto? Sólo el tiempo lo dirá.

Leí en el foro de Mark Millar bastantes comentarios elogiando el arte de Leinil Francis Yu. Ya había quedado gratamente sorprendido con el trabajo de Yu en “Superior” de Millar, pero creo que aquí está incluso mejor. Sus secuencias están cargadas de acción y movimiento, y una cierta gracia también; más aún, el diseño de los trajes de los personajes es muy atractivo. No puedo esperar a leer el segundo número, y me alegra haberlo comprado por adelantado.